Y la Esperanza llegó a Sevilla…

Sin Jueves Santo nos tuvo la lluvia, ésa que desaparece en cuanto pasa la Gran Semana Sevillana… Da igual… Las esperanzas de una noche estrellada y de un alba frío pero hermoso llenaban los corazones de todos.

-“Antonio!! Que sale la Macarena. Vámonos“

Y mi teléfono que suena:

-“Clau… ¿puedo irme contigo a la Madrugá?” “Claro amiga!!” “Que me he aprendido todo lo que viene en mi librito sobre El Silencio, sé cuantos costaleros tiene” Su primera Madrugá y la pasa conmigo… eso es grande… es mi amiga!!

Y suena El Silencio de la cofradía por Placentines “¿sabes por qué los nazarenos llevan los cirios así?” “No” “Pues porque el palio aún no ha salido de la Catedral”  El incienso que invade la calle, ese paso de los costaleros, esa Cruz de carey que el Señor abraza como el resto de sus penitentes, esa Virgen que llora… siete lágrimas que tallara Sebastián Santos Rojas, ese olor a azahar … Y la Giralda al fondo…

Gran Poder el que me lleva a rezarte, Gran Poder el que llena las calles de Sevilla, andando, pasando por las estrechas calles sevillanas, por Molviedro donde desde su templo Jesús Despojado y María Stma. de los Dolores y Misericordia contemplan el paso del Señor de Sevilla con la tristeza de no haber podido salir el Domingo de Ramos y el amor de ver que el Señor se para delante de ellos para verlos.

Se dicta una Sentencia que suena al son cornetas y tambores, Armados con sus cascos llenos de  plumas blancas que siguen el paso del Señor, ese andar característico del misterio… Macarena por callejones… a sones de “Madrugá” Inquietante clasicismo que hace el silencio de los que allí estábamos, rozando el palio y sin apartar la mirada ni un segundo de Su divino rostro. Macarena de manto camaronero, de petalada desde un balcón…

Y los vencejos anuncian el alba de la mañana… Y aunque yo ya había visto con mi Madrina trianera a la Esperanza de Triana en el puente, mientras la Esperanza llega a Sevilla, con ese andar trianero, no pude reprimir mis ganas de verla de nuevo… Y rezaba por quien lo necesita ahora, por ella, sólo por ella… La mañana despertaba y en el Arco del Postigo ese Cristo que venía andando. Sí, no tocaba trianaear como mucho piensan; clásica forma de andar fue lo que nos enseñó y ese misterio que casi me da de lo cerquita que lo vi “Claudi, ten cuidado que van a andar” Y rompió la marcha…

Ella, por la Catedral…vaya como suena el palio, las bellotas de las bambalinas rompen el silencio al chocar en los varales…tres pasitos…cintura… y Sevilla empieza a darse cuenta que Triana se va camino del Postigo, en busca del Baratillo y a su casa trianera…

Y terminé mi Madrugá en la Cuesta del Bacalao, con el Gitano subiendo tranquilo y luciéndose, cuatro marchas sólo para revirar, con un andar chiquitito, pasito a pasito, primero a sones de La Saeta. Moreno que sube las cuesta sin detenerse ni un sólo segundo “del tirón” como suele decirse… camina tan despacito que ni su túnica se mueve y una vez a “revirao” abriendo el paso para adentrarse en Placentines…

La mañana fría, helada  por momentos pero llegaba a casa con el corazón lleno de Esperanzas, para ti… porque entre todos vamos a poder con ello…

Besos!!