Mi Rocío 2019. Estampas junto a la Hdad. Rocío de Sevilla

Quizás se os haga un poco extraño que sea ahora cuando os cuente detalles sobre mi Rocío 2019 y os muestre los trajes de flamenca y batas que he utilizado. Pero necesitaba mi tiempo de reflexión. Necesitaba saber y sentir qué ha significado mi Rocío.

Con el paso de los años me doy cuenta que debe servir para reflexionar sobre muchos aspectos de nuestra propia vida. Son muchos los silencios que caben en la romería del Rocío cuando haces el camino con una hermandad, como ya sabéis, yo voy con la Hdad. Rocío de Sevilla -El Salvador- desde hace ya bastantes años.

En un Rocío (y así lo habéis podido ir viendo en todos los stories y videos que os he ido subiendo a mi Instagram) caben mil momentos. Desde los ratos de fiesta, pasando por la compañía de los amigos, el descubrir nuevas personas con las que sólo había compartido un momento años atrás hasta la más intimista soledad. Las lágrimas porque emociona una sevillana o porque sencillamente estás cansado. Te llegan a doler hasta las pestañas, te roza el calzado o te pican los bichitos e insectos que hay entre los pinares. El polvo se levanta y se te cuela en lo ojos y resulta que una ducha de 30 segundos ¡¡Dios!! te sabe a gloria. Y el año que viene volveremos.


Cada año que pasa le digo a mi #VerdeEsperanza que no sé cuantos caminos me quedan junto a Coscón. Por pura lógica, habrá algún año, que no pueda hacer el camino con él o sí. ¿Quién sabe? Quizás os parecerá una tontería pero él es un compañero de camino más y para mí es muy importante.


Creo que este año me llevo las estampas más bonitas del mundo en mi retina. No sé, ha sido especial. Mi #VerdeEsperanza siempre me dice que a caballo se ve y siente todo. Y así es.


Nosotros siempre solemos ir por las vereas de al lado por lo que nuestra visión de ese Simpecado de la Hdad. Rocío de Sevilla, rodeado de gente que camina cansada a su lado entre un mar de polvo con el olor a pinares y casi en silencio, sólo acompañados tan sólo por el sonido de las campanitas de la carreta o el murmullo de algunos dándose ánimos para seguir adelante, esos momentos, sólo los regala el propio Simpecado. Y yo me paro en una sombra a observarlo. A sentirlo.

Y llegas a la aldea y te das cuenta que allí todo es diferente. Es otro ambiente y cabe la fiesta. Porque también hay momentos para disfrutar, reir, bailar y cantar.


Y sale Ella a las calles de la aldea. Y yo, que acostumbro a verla junto a mi hermandad, disfruto de ese momento de nervios previos, de darnos los buenos días y de saludar a aquellos que no han dormido en toda la noche porque la han acompañado hasta el momento. Cuando llega sabes que tu camino ha tenido un sentido. Has llegado desde Sevilla al Rocío con tu hermandad y Ella, va a verte.

Comenzará la vuelta y todo será diferente. O no. Menos gente, más momentos. Y habrá misa en el Caoso como mandan las reglas. Villamanrique espera a Sevilla con sus calles de casas blancas encaladas y llenas de textos. Y en Lopaz volverán a recibirnos con las puertas abiertas.

Y poco a poco nos acercamos a Sevilla. Entre girasoles que este año no brotaron, entre espigas de trigos. Y vuelves a pisar el asfalto y el Aljarafe sevillano te da la bienvenida. Se despiden las carretas. Ya sólo queda toda una hermandad junto a su Simpecado. Y vuelves a ver a aquellos que hace días que no veías. Y se llora. Y se ríe. Y se canta y se baila andando.


La plaza del Salvador espera a oscuras entre aquellos que cansados, quemados y llenos de arena llegan después de ocho días y los extranjeros que de repente se han encontrado con un mar de personas acompañando una carreta sin saber muy bien qué es.


Y se suben las escalinatas de la Iglesia Colegial de El Salvador, se canta la salve y se acaba un nuevo Rocío. Y siempre de la mano de mi #VerdeEsperanza. Porque sin él no existe el camino para mí. Sin su mirada, sin su silencios, sin sus lágrimas. Esas que sólo sé yo. Esas que sólo entiendo yo. Mi compañero de vida, mi compañero de camino.


Y ya sólo queda soñar con lo vivido y descontar los días para el próximo Rocío. Y siempre #AlRocíoConSevilla.

Besos a los sones de aquella sevillana lenta.