Moda Flamenca

Lunes Santo en Sevilla #modoentrecirios

Flamenquis…

Fue Lunes Santo en Sevilla. Desde la oficina pensaba que con un 70% de probabilidad de agua el día se rompería cuando a eso de las doce menos cuarto o así, el Hermano Mayor de la Hermandad del Polígono San Pablo decía que se echaban a la calle. Caras de sorpresa de mi compañera y mía. En ese momento me acordé de un amigo del barrio ¿le cantaría una saeta a su Cristo? La Fe los hizo caminar con paso firme en busca de la S.I Catedral, arropados por un barrio que cuida y mima a sus Titulares.

A partir de ahí todo eran buenas nocticias. El Cautivo de Santa Genoveva decidió salir y paseó a la Reina de las Mercedes con su serena y dulce mirada por las calles de Sevilla, un parque que volvía a abrir sus puertas para recibir a la Hermandad y sus tan conocidas mujeres. Sí, es curioso ver a un barrio que camina tras de su hermandad.

De repente se nubla el día. San Gonzalo decide pedir una hora más para decidir. Las nubes se volvían negras y el cielo se encapotaba. Dudas razonables para un hermandad que el año pasado vio cómo a la altura del puente el cielo lloraba desconsolado sonre ellos. Pero todo se quedó en eso, en un susto. Aunque con una hora de retraso, el misterio que, según algunos, mejor camina de Sevilla, se echaba a la calle. Soberano Poder el de la hermandad del Barrio León que con tintes trianeros caminas de izquierdo en izquierdo.

Redención abría las puertas de su Templo. Imagino que la pequeña plaza estaría abarrotada de gente. El palio con sus caídas en forma de concha y su peculiar forma de moverse, “¡un poquito de cintura!”, bendecía las calles del centro sevillano con gotas de Rocío y sones de marchas clásicas. Que no falte nunca ese solo de “Rocío“.

Rocio

La verdad es que, aunque el Lunes Santo sale una de mis Hermandades, este año no tengo muy “semanasantero” el cuerpo, quizás estoy cansada de vivir pendiente de la radio y de los partes o simplemente harta de que cada año especial de Semana Santa se quede en el recuerdo y nunca volver a vivirlo, no igual, pero sí al menos parecido o con la misma persona. Será que no hay “librito” donde apuntar momentos especiales.

Claudi ¿ha salido Santa Marta?” me preguntaba tímidamente mi flamenqui que seguidamente decía nerviosa “Es que lo que hagan ellos será lo que haga el Museo“. En ese momento la miré y le dije “Va a salir Santa Marta”. Y la pobre nerviosa por su pertiguero vuelve a decirme “En realidad no tiene nada que ver ¿verdad? La nueva junta de Gobierno, el Cristo del Museo recién restaurado…” y el gesto de nerviosismo se hacía más inteso. “Cris, mira el cielo, está azul“… Nervios encajados en su corazón.

santa marta

Ya en el centro y con las hermandades en la calle, así, casi sin querer, nos encontramos con la salida de Las Aguas que, por primera vez,  iba acompañado de la BBCC Tres Cáidas de Triana, quizás, un guiño a sus comienzos cuando la Hermandad del Arenal “vivía” aún en Triana. Un barco a escasos centrímetros de ti que con paso firme se dirige a la calle Arfe, un palio, con una de las Dolorosas más bonitas de Sevilla, Guadalupe, que en su lento caminar despejaba el cielo para volverlo del color de su palio. Azul.

Las Penas de San Vicente pasaban en silencio ante la gente que se agolpaba en la plaza del Museo para ver pasar a una y salir a la otra. El Cristo caído con la cruz de carey y plata que sólo mira a un lado de Sevilla y que el único acopañamiento musical que lleva es el crujir de la madera del paso y el rachear de las zapatillas de los costaleros, repartiendo así Fe por las calles del centro. Su Madre, Dolorosa que mira el cielo, porque ayer, todas parecían querer mirar al cielo, pasaba tímidamente casi sin molestar a su hijo que salía al mismo tiempo de la Capilla del Museo. Y también miraba hacia el cielo pero ya no nos preocupas, la noche estaba estrellada.

El pertiguero, de rostro serio y hasta tenso, del Crucificado del Museo, ordenaba a los ciriales al mismo tiempo que el capataz mandaba a los costaleros a golpe de llamador. Tres golpes secos para comenzar a andar, en silencio. La hermandad ecana del día camina en silencio. Milímetros entre las puertas y los respiraderos del palio. Virgen tocada con diadema en vez de con corona, tul blanco para enmarcar un bello rostro.

Caminaba entre la multitud, en mi mundo, con la mirada perdida al suelo “para no ver lo que no quiero ver” aunque en teoría sea imposible verlo (nunca hay verdaderos “imposibles“) Refugiada entre los brazos de mis amigas, a unos metros del misterio de San Gonzalo y, sólo me apetecía hablar de ti. Ni me asomé a verlo en ese momento pero, Él decidía que fuese el último paso de misterio que viese en el día y me acompañó hasta el final de la calle cuando iba de vuelta a casa.

san gonzalo

Hoy Martes Santo… y el día parece querer hacer de las suyas. El cielo está algo más que encapotado y mi Candelaria está a la espera de una decisión que puede dejarnos un año más sin la luz que reparte con su mirada. Sólo puedo desearles desde aquí que, sea cual sea, tomen la mejor decisión para la Hermandad y, si finalmente el día decide volver a brirse, que tengan una buena estación de penitencia.

Besos al compás de Caridad del Guadalquivir.

3 Comentarios

    • Encarni_Jaen

      Que bien has descrito lo que siento este año Claudi, con lo de q no tienes muy “semanasantero” el cuerpo. Yo no sé lo q me pasa, en todas mis biografías de las redes sociales, facebook, twitter… siempre digo que adoro la Semana Santa; esque además yo nací en martes santo, pero este año no sé que pasa… bueno, realmente en lo mas hondo de mí, creo que sí lo sé…
      Me has emocionado, siempre te leo, porque soy una enamorada de la moda flamenca, y de la semana santa 😉 yo también vivo entre cirios y volantes; te leo aunque no suela escribir.
      Mucho ánimo guapa!!

      • Claudia

        Muchas gracias Encarni por leerme y dejarme tu comentario, a partir de ahora espero que lo hagas más a menudo con tus opiniones. Un besito y esperemos que a las dos se nos active el #modoentrecirios de una vez y no estemos tan sosas como el tiempo!!

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