José Hidalgo: ‘Feriante’
‘Ya huele a Feria,
que ole, ya huele a Feria’
Una ciudad efímera hecha Real. ¡Qué bonita palabra! Una copa de un dorado Tio Pepe, un rebujito, risas, cantes y bailes. Enamorarse.
Es la magia contenida de una Feria de Sevilla que pasa de la oscuridad a la luz a eso de las doce de la noche. El color inunda las calles. De noche, de día.
Son poco más de las nueve de la noche. Un sábado que no es un sábado cualquiera en Sevilla. Anocheciendo, paseas entre adoquines y el albero camino de tu caseta. Tu casa durante una semana. Amigos que vuelven a verse sólo con el fin de disfrutar. Trajes de chaqueta, mantones de manila, tacones y bolso de mano. Una cena tranquila, elegante, de adultos, un brindis y «corre que van a dar las doce y la gente ya se agolpa en la Portada» «¡Píntate los labios chiquilla!»
Se hace la luz en esta fugaz ciudad. La noche brilla.
En aquella caseta que tiene los toldos echados, la pequeñita, la única que a estas horas tiene las luces encendidas, se escucha jaleo. Flamenca, flamenco. Alguien canta, todos tocan las palmas. Alguien baila alrededor de un corrillo mientras los demás miran atentos. Momentos de arte improvisados.
A la mañana siguiente todo cambia. La Feria parece otra distinta.
El sol inundará Sevilla, las mujeres de flamenca saldrán a pasear. Coches de caballos, flores al pelo, un pequeño abanico y la elegancia convertida en traje de flamenca paseando por calles toreras.
Lunares y color. Una flamenca que cada vez apuesta más por tejidos de punto, diseños que nos dejen disfrutar largas horas en una caseta. Se sabe cuándo se llega a la Feria de Sevilla pero nunca a que hora se sale. Y siete días así.
La magia del blanco y negro para la noche. Y siempre una nota en común: una flamenca refinada. No hay más ni menos magia que esa. La dificultad de hacer de lo sencillo, de un estilo único, algo diferente cada año.
Cintas, dibujos lineales que resalten la feminidad de la mujer. Diseños entallados o no llenos de vida y color. Mangas que dejen a la mujer moverse, ni un sólo volante al puño, ni una sola manga incómoda. Escotes favorecedores que no se muevan, volantes a los hombros y abullonados en las faldas. José Hidalgo siempre resaltando la delicada sensualidad femenina.
Feriante, así es la mujer que nos propone José Hidalgo en su nueva colección de flamenca de 2020. Una mujer elegante, impetuosa, flamenca, actual y llena de vida, adulta, sabedora de que una mirada lo dice todo. Feriante, la que recibe todas las miradas tan sólo con su presencia. Feriante, la que brilla sin artificios. Feriante, la de la copa de vino, la del color, la de la magia contenida.
Feriante, una mujer feriante.
Besos por sevillanas.
Un comentario
Chusi Cañedo
Que bonicos enhorabuena me encantan los diseños