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Lunes Santo 2016. Mi niñez.
Ayer volví a ser niña. No hay momento más hermoso que aquel en el que recordamos y rememoramos nuestra infancia que, cuando pertenecemos a una hermandad, siempre queda unido a nuestros padres y abuelos. Momentos de comprar estampas, de preparar la ropa de nazareno, el bocadillo que mi abuela me preparaba con cariño, los cuarenta grados que hacía aquella mi primera vez que me enfundaba la túnica de nazareno, el dobladillo que días antes mi madre repasaba, en definitiva, un bombardeo de recuerdos y sentimientos combatían en mi cabeza y mi corazón esperando que las nubes se fueran y dejaran a mi hermandad hacer estación de penitencia. Mañana oscura en el trabajo. Nubes y agua.…