Viernes y Sábado Santo…

Viernes Santo… ¿lluvia? ¿otra vez? ¿que el Cachorro y La Carretería no salen?… No puede ser!!

Finalmente el tiempo se da cuenta que dejaría a Sevilla rota, por segundo año consecutivo, sin la mitad de las cofradías en la calle y decide darnos una tregua. La primera que se atreve a salir es la hermandad de La O con chaparrón en la propia puerta de su templo, lluvia que esperó a que la Virgen saliese a saludar a Sevilla para caer… Pero ellos, valientes y, en mi opinión, como tenían que hacer, deciden seguir hacia delante. Triana, por última vez este año, cruzaba hacia la ciudad… ¿o no? S. Gonzalo lo hará esta tarde para volver a casa tras refugiarse en la Magdalena. La Soledad de S. Buenaventura pasea a la Señora entre caoba y plata acompañada sólo por esa Cruz…

La Mortaja, dieciocho ciriales que representan a las personas que acudieron al entierro del Señor. Ella, rota de dolor sostiene a su Hijo en su regazo… Solemnidad por la calle Cervantes, estrechez que creo mucho más apropiada que otras zonas de Sevilla donde, entre otras cosas, el sonido del Muñidor se pierde.

San Isidoro por Francos que casi me lleva más allá de Sevilla. Tres Caídas sobre un monte de claveles rojos; la imagen de la Virgen de Loreto sobre su característico palio dorado, con esos bordados tan minimalistas y ese color tan característico, grisazul, que no puede gustarme más… No hace falta música, sólo andar y rezar.

Si me tengo que quedar con un momento del Viernes Santo, sin duda alguna me quedo con la Virgen de Montserrat por Molviedro a los sones de Margot… sí, quizás sea ese clásico momento de la Semana Santa pero es que estar en la plaza y verla venir por Castelar, revirar mecida tan dulcemente, sin cintura, por los costaleros, el silencio de la gente que la está viendo y esa marcha es impresionante.

El Sábado Santo la gente se echó a la calle, parecía un Domingo de Ramos, la gente tenía ganas de Semana Santa e inundó las calles sevillanas. El Sol paseaba al Varón de Dolores y a  Ntra. Sra. del Sol, escribiendo casi el principio de esta hermandad por la liturgia de la Carrera Oficial. Los Servitas en Doña M. Coronel, saeta tras saeta. Diálogo entre esa Madre y ese Cristo yacente en su regazo que Montes de Oca imaginara. La oscuridad flanqueada por los naranjos que sirven de marco a las imágenes de un palio inconfundible que destaca por la belleza de la Dolorosa…

Sto. Entierro en Tetuán, guardia judía tras el Sto. Sepulcro que custodia al Señor, niños que se asoman a ver qué hacen esos “hombres disfrazados” Y Ella, Villaviciosa, que llora sola aunque acompañada en su paso.

Dicen que la Semana Santa se acaba con la Soledad de S. Lorenzo… y a mí me entra una pena cada vez que la veo que no puedo evitar pensar y pensar. Toda la plaza a oscuras mientras Ella llega para entrar en su templo, saetas que ponen música al silencio atronador. Su rostro nos dice adiós mirando de frente al pueblo que allí La espera. Las puertas del templo se cierran…

Pero Antonio debió pensar que mi cara de tristeza tenía que cambiar, que la Esperanza Trinitaria debía dejarme con ese “momento” que le dije no haber vivido. Y así fue… cangrejear toda la calle Sol mientras a Ella le tiraban pétalos a sones de Encarnación Coronada, Esperanza de Triana Coronada, Esperanza Macarena y… por fin, sonó en mi Semana Santa… Caridad del Guadalquivir… y si no hubiese estado de nuevo ahí quizás no hubiese llorado… o sí, no lo sé… Mirada fija en Ella… “Dios te Salve María…” ella te necesita, yo puedo esperar.

Se acabó esta Semana Santa de “Bellos sueños“, se apaga este #modoentrecirios a la espera de que en 356 días vuelva a ser Domingo de Ramos, a la espera de que todo lo rezado se cumpla, a la espera de que ella mejore, a la espera de que el sol luzca a las puertas de los templos…

Recuerdos… sólo nos queda el recuerdo de lo vivido estos días.

Besos…!!