Sin jueves Santo ni Madrugá

Llegaban las tres de la tarde y Cigarreras lo tenía claro “este año le rezamos en casa, nuestra estación de penitencia será la de esperar un año más” Y es que, aunque la mañana había estado pasable, al menos donde yo vivo, según se acercaba esa hora, el cielo se teñía de negro.

Nos quedamos sin mantillas, quizás hoy veamos todas las que no pudimos ver ayer, nos quedamos sin esos caballos que, fibrosos, con fuerza, con los escorzos que forman, hacen temblar La Campana, sin la delicadeza y asombro de los niños cuando dicen eso de “papi, mira los caballos” sin saber la grandiosidad del momento que refleja ese paso de misterio.

Nos quedamos, un Jueves Santo, sin calle Feria, sin El Señor de Pasión que todo lo puede y la Virgen de la Merced con música. nos quedamos sin la mirada de La Virgen del Valle y sus flores o “el paso de los espejitos“, sin el paso de la Quinta Angustia y que, Nicodemo y José de Arimatea, parezcan que se van a caer de la cruz o sin el dulce movimieto de un Cristo, que está siendo bajado de la cruz. Sin unos negros que llenan de Ángeles las calles de Sevilla…

Pero aún nos quedaba la Esperanza de la noche.

Los Armaos habían salido y muchos pensaban que también lo haría su Macarena. Realmente no sé si habría gente desde primeras horas de la mañana apostada en el arco para verlos pasar, no sé si estaría esa mujer que va todos los años, desde muy temprano, con su sillita a esperarla, horas y horas… pero, con la mayor de las tristeza os digo que yo tenía claro que no saldría… hasta El Silencio una hora antes de su salida dijo que no lo haría y, de repente, El Señor de Sevilla, el paso de los angelitos, tampoco saldrá… en quince minutos se muere media Madrugá…

¿Ocurrirá lo mismo que en 2004? Mi corazón se alentaba con saber que Triana es marinera, que la Capitana podía templar las aguas “¿por qué llora tanto hoy el cielo? Llega la banda, anima a Triana, la noche parece algo más despejada y cuando Triana y Los Gitanos han de decidir… lluvia… relámpagos… la noche grande de Sevilla este año no se vería. Y, aunque quedaba la Hermandad de “El Calvario” por decidir, todos sabíamos que hubiese sido un milagro del cielo que la noche se arreglase.

Después de muchísimos años, Sevilla no tenía Madrugá…